¿Dónde estabas en 2004?
Nosotros organizándolo todo para empezar a vender cursos bonificados.
En aquel tiempo Fundae era como el viejo oeste y muchos estábamos dispuestos a ir con todo. Sí, era la época de “un jamón por tu crédito”.
(si estuviste ahí, sabes a qué me refiero)
Pasó la primera Navidad y nos creímos los reyes del mambo.
Nos vinimos arriba y montamos un equipo de varias personas más un crédito ICO de 5 cifras. ¡Ahí lo llevas!
Con los trabajadores dispersos por la geografía nos estábamos volviendo locos con correos, documentos y llamadas de teléfono.
Se nos ocurrió empezar a trabajar en una herramienta para organizarnos entre tanto follón (ese fue el inicio de lo que es hoy Gesforma)
La cosa se fue complicando.
Los números empezaron a bailar y no había quien los parara.
No vendíamos lo suficiente y el negocio empezó a convertirse en un caos.
Para agregarle sal a la herida, Fundae decidió que era hora de ponerse seria.
Llegaron las inspecciones masivas, las sanciones… muchos se fueron y otros nos quedamos.
Tocó reducir el equipo al mínimo.
Apretarse el cinturón y luchar como condenados para profesionalizarnos.
Se había acabado la época del pelotazo.
Buscando fórmulas para vender cursos, descubrimos que se nos daba bastante bien el tema de la herramienta online. Cada vez hacía cosas más potentes, pero seguíamos vendiendo lo justo para cubrir gastos.
Cuando por fin pagamos el ICO de los huevos, dimos un golpe en la mesa y dijimos: “se acabó, toca cambiar de rumbo”.
Abandonamos la venta de cursos y nos centramos en escuchar, analizar y mejorar la herramienta a la velocidad del rayo.
Fueron días largos, duros, de aparentar ser más de lo que éramos. Pero resistimos.
Estar en el lodo, pelear, jugar sucio y sobrevivir nos dio una perspectiva única para crear una herramienta con la que trabajar con Fundae. Y qué quieres que te diga, mucha gente se subió al barco.
Hoy, grandes y pequeños usan Gesforma. Los clientes piden, nosotros damos.
Todos los días aprendemos que hay muchas formas de bajar al suelo la normativa.
Así que aquí seguimos, en la trinchera de la gestión de bonificaciones.
¡Salud, cerveza y que te vaya de lujo!
Andrés